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Es un don que tienen muchos seres humanos pero muy pocos saben qué es
y para qué sirve.
Cuantos avisos vemos a diario en diferentes medios de comunicación que en letras destacadas dicen: “vidente natural”, “videncia infalible” y que muchos chamanes indígenas, brujos, seudos parapsicólogos, mentalista, espiritistas, gitanos adivinadores o iniciados en diferentes cultos o religiones, dicen que a través de sus visiones y palabras dichas por ellos o por los espíritus que los guían, pueden adelantarse a los sucesos venideros, pronosticando acertadamente hechos y circunstancias con tal exactitud que la persona que los visita debería quedarse atónita ante tal demostración de sus facultades paranormales, y sentirse que están delante de la persona indicada para solucionar sus problemas.
Lamentablemente los verdaderos videntes nacen, no se hacen, por lo tanto, estos falsos adivinos tienen que preguntar cuál es el motivo de su consulta, porque no saben, ni ven más allá de sus nefastos intereses. Cuidado! no se deje engañar, porque su desesperación es riqueza para falsos videntes que en horas dicen solucionar sus problemas de toda índole, jugando con su buena fe y vaciando sus bolsillos.
La trayectoria de un buen vidente se refleja en la exactitud de sus palabras sin que usted tenga que comentar porqué lo visita.
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